miércoles, 11 de febrero de 2009

Cuando la innovación caduca

images (1) El concepto de innovación educativa varía según el lugar que ocupa cada uno, la formación que tiene y el ambiente que le rodea. Para el profesor que dicta sus clases puede ser una verdadera innovación el uso del vídeo para ilustrar una (o dos) de sus sesiones con los alumnos. Para el padre o la madre que trabajan, la innovación puede estar en clases de repaso pasada la hora habitual del fin de la jornada de sus hijos, porque les permite solucionar los problemas de horario que tienen. Para la Dirección de un centro educativo puede consistir en aumentar el equipamiento tecnológico de las aulas.

El problema está, en que la innovación se suele ver desde perspectivas de beneficio en el lugar que cada uno está ocupando. Así que debemos preguntarnos para qué queremos innovar, o dicho con otras palabras, por qué deseamos aplicar medidas distintas a las utilizadas en la actualidad, sean éstas las que sean.

Pensando en las medidas a aplicar en un centro educativo que desea promover la innovación, un plan de innovación a medio o largo plazo, cerrado, sin visión de futuro y conciencia de los momentos de cambio exponencial y continuo que estamos viviendo, fracasará forzosamente, puesto que en el momento en el que el plan termine la innovación habrá dejado de existir debido al tiempo transcurrido. Será algo totalmente caduco y nos estaremos preguntando por qué hemos gastado todo ese tiempo y dinero en algo que ya ha sido sobrepasado por la sociedad.

La máxima: mientras unos dicen que no es posible, otros ya lo han hecho (desconozco el origen de esta expresión y seguro que he cambiado más de una palabra puesto que lo cito de memoria, pero no el sentido) debe estar presente en lo que hagamos y planifiquemos, porque la realidad es que los cambios se producen de una forma tan rápida que determinadas actividades de innovación se pueden convertir más en una temeridad que en un intento por mejorar. El pretender ir sobre seguro en temas educativos significa no llegar jamás a una educación de calidad ya que siempre iremos unos años por detrás de los demás, además de que la tendencia a perpetuar las estructuras que tan costosas han sido de conseguir todavía lo hará más difícil.

No me refiero a actuar a tontas y a locas, pero sí a considerar un factor de riesgo como parte necesaria de la actividad desarrollada por los centros educativos. No podemos invertir tiempo y dinero en una formación costosa de un determinado software, por ejemplo, porque ese software habrá dejado de existir en un breve plazo de tiempo, ¿cuántos sistemas complejos de gestión no han variado radicalmente, si no es que ya han desaparecido, en los últimos 10 años? Ninguno. Por este motivo huyo de las plataformas educativas que lo dan todo hecho y solucionado, porque la solución de hoy no será, con toda seguridad, la de mañana. Sólo sistemas abiertos y generalistas, junto a una formación que integre lo digital en nuestro saber, serán capaces de darnos la solución a nuestras necesidades.

MSV28ENE56 Y quien habla de software, habla también equipos y materiales comprados con la finalidad de durar muchos años, eso sencillamente no existe. No me parece razonable (es posible que más de uno me lleve la contraria) instalar ordenadores de sobremesa en los pupitres de los alumnos en todo un centro educativo. Sin lugar a dudas los primeros 2 ó 3 años serán la envidia de todos, pero un poco más adelante deberán convivir con la caducidad de su innovación y, salvo que dispongan de un presupuesto ilimitado, tendrá que pasar bastante tiempo hasta que puedan renovar toda la infraestructura existente, en el caso de que todavía tenga sentido mantenerla.

Creo más inteligente asegurar el acceso a los medios digitales de otro modo menos costoso y, sobre todo, no permanente. Con el abaratamiento de los portátiles y la reducción de su tamaño es ahora cuando se empieza a vislumbrar la posibilidad de que cada alumno pueda disponer de uno para las clases, con la posibilidad de una renovación más o menos continua.

¿Quiere decir que no debemos invertir en material o en formación para la educación? En absoluto, se trata de saber que, como decía Heráclito de Éfeso en el siglo VI a.C.: nada permanece excepto el cambio y, por lo tanto, no podemos establecer planes cerrados de innovación que nos lleven a un camino sin salida más adelante. Hay que saber poner las cosas en su sitio, sin pensar que innovar es poner las pizarras digitales en todas las aulas o enseñar a todos los profesores a utilizar Moodle (por poner un par de ejemplos). Sino dar las herramientas y los conocimientos necesarios para que los profesores puedan comprender y utilizar estos medios y todos los que vengan más adelante. Es decir, además de utilizar la pizarra digital y de enseñar a los más interesados Moodle, deberemos poner en las manos del profesor otros conocimientos que les permitan moverse por el mundo digital, para que no piensen que todo se acaba con el sistema que el centro educativo está promoviendo con tanto esfuerzo y gasto y sean capaces de adaptarse a otros diferentes que inevitablemente surgirán. Con esto quiero decir que probablemente deberemos invertir algo menos de tiempo y dinero en sistemas tan concretos (no poniendo todo nuestro énfasis de forma exclusiva en ellos) y dedicar una buena parte a otras actividades más amplias relacionadas con la formación en el mundo digital. El docente debe tener la base suficiente para poder comprender y utilizar otros medios que le puedan interesar a él y para los que no ha recibido formación específica.

Hay que preparar al profesorado para el cambio continuo, para aceptar la caducidad de los medios y métodos actuales, así como de los venideros. Los docentes también deben aprender a aprender, aunque con ellos (nosotros) sea una tarea mucho más ardua que con los niños y adolescentes.

No es posible la innovación, o sea, el cambio para mejorar, si lo que planificamos a nivel de centro conduce a una vía muerta. Apta durante unos pocos años, pero no reutilizable más adelante. No podemos innovar con fecha de caducidad.

3 comentarios:

  1. Muy buen artículo. Tendría que hacernos reflexionar a todos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Antonio,

    El objetivo es llamar la atención sobre proyectos de centro donde se invierte tiempo y dinero sin llegar a pensar que en estos momentos todo tiene fecha de caducidad. Por lo que se invierte mal el dinero ya que se toman como definitivas y asentadas determinadas herramientas, equipos y técnicas actuales que serán superadas en pocos años. Esto a medio plazo puede provocar el anquilosamiento de algunos centros educativos que no sabrán salir de ahí. Provocando la paradoja de que la innovación se convierta en un retroceso.

    Se necesitan sistemas dinámicos capaces de responder con flexibilidad a las nuevas y cambiantes exigencias educativas. Ahí es donde debemos invertir.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  3. Artículo muy atinado; en mi centro de trabajo sucedio exactamente lo que tú comentas; La tecnologia llegó sin ninguna capacitación para nosotros los profesores lo que nos hizo temerosos a usar las maquinas, paso algún tiempo hubo cambio de director; El nuevo se comenzo a preocupar por que los profes hicieramos uso de la tecnologia; sin embargo las maquinas que nunca se usaron se tuvieron que deasechar porque no correspondian a las necesidades actuales. De un total de 20 maquinas unicamente se pudieron arreglar 5 Fué necesario innovar

    ResponderEliminar

Escribe a continuación tu comentario: